Cuando compré este libro he de reconocer, vergüenza me da, que lo hice por la tontería de llevar mi nombre en el título. Pero cuando lo abrí y empecé a leérselo a Guille y a Abel descubrí en él una herramienta genial para hablar con los niños sobre la muerte de sus seres queridos.
El caso es que, como en cada cosa en la vida, cada uno interpreta las cosas de una manera, y yo lo enfoqué así y me da mucho juego y es una manera muy liberadora de ver que un ser querido, o mascota o juguete... (los peques son muy sentidos) se marcha pero en cierta manera siempre estará con nosotros.
El caso es que, como en cada cosa en la vida, cada uno interpreta las cosas de una manera, y yo lo enfoqué así y me da mucho juego y es una manera muy liberadora de ver que un ser querido, o mascota o juguete... (los peques son muy sentidos) se marcha pero en cierta manera siempre estará con nosotros. 
Tiene una pinta estupenda. Guille va a tener una coleccion preciosa!
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